Palau del Virrei o Reial [desaparecido] (Pla de Palau, hasta la calle del Malcuinat)
Después de la Guerra de los Segadores, el último virrey de Felipe IV, Vincenzo Gonzaga Doria, ordenó a Josep de la Concepció ampliar el Hala dels Draps, nombre de reminiscencias flamencas para un edificio construido en el siglo XIV con la finalidad de dar cabida a las actividades mercantiles de los barceloneses. El edificio era conocido popularmente como el «porxo del forment» (el «porche del trigo»), porque antes de convertirse en un espacio comercial era el principal almacén de grano de la ciudad. A partir de los años setenta del siglo XVII se convirtió en la residencia del virrey, representación de la autoridad real en el Principado. Allí pasaron su días virreyes como el querido Georg Hessen-Darmstadt (conocido popularmente como Jordi) entre 1698 y 1701, o el odiado Francisco Fernández de Velasco, que fue nombrado virrey en dos ocasiones, de 1696 a 1697 y de 1703 a 1705. Durante los seis años posteriores (1705-1711), se convirtió en la residencia del archiduque Carlos y su esposa, Isabel Cristina de Brunswick-Wolfenbüttel, que se alojó allí hasta 1713, año en que abandonó Barcelona. Delante del palacio estaba la casa del gobernador militar o del general, derruida después de 1714 para ampliar el Pla de Palau, que se convirtió en el centro económico y político de la ciudad durante el siglo XVIII.