Ramon Gorgot fue un filipista cuya casa fue requisada durante el sitio de Barcelona. Allí se celebraron las últimas sesiones de la Junta de Gobierno de la ciudad, porque estaba situada cerca de la zona de combate. En la mañana del 11 de septiembre de 1714, después de caer herido el primer consejero, Rafael Casanova, las principales autoridades civiles y militares (el segundo consejero Salvador Feliu de la Penya; el sexto consejero Jeroni Ferrer; el agente secreto de Carlos de Austria en Barcelona, Francesc Verneda; el teniente del gobernador de Cataluña Francesc de Sayol; el coronel de caballería Sebastià de Dalmau; el coronel de infantería Juan Francisco Ferrer y el caballero y líder de la facción radical Manuel de Ferrer i de Sitges) se reunieron allí y acordaron dar órdenes de proseguir la resistencia contra las tropas borbónicas, a pesar de la baja de la máxima autoridad política, el primer consejero. Los combates continuaron y, a las tres de la tarde, el comandante supremo Antonio de Villarroel, incapaz de reunir a más hombres para lanzar un nuevo contraataque, sugirió la necesidad de capitular ante el duque de Berwick. Acto seguido, el coronel Pau Thoar llamó a parlamentar a las autoridades militares borbónicas sin haberlo comunicado previamente a los Comunes.